El cambio climático está teniendo un impacto profundo y devastador en los hábitats de los elefantes de todo el mundo. Los elefantes se consideran especies clave, lo que significa que su presencia en un ecosistema puede determinar la salud general de su entorno.
A medida que el cambio climático provoca un aumento de las temperaturas, fenómenos meteorológicos más frecuentes y graves y otros cambios en el medio ambiente, afecta no sólo a los recursos directos, como los alimentos y el agua, sino también al entorno más amplio en el que viven los elefantes y a su oportunidad de prosperar y reproducirse.
La perturbación más importante causada por el cambio climático es la alteración de las pautas migratorias naturales de los elefantes, ya que sus fuentes tradicionales de alimento y agua son más difíciles de encontrar.
Al disponer de menos recursos, se ven obligados a trasladarse a zonas más pequeñas donde los recursos son más densos, pero esto se asocia a conflictos entre humanos y elefantes, ya que competimos por los mismos recursos, en algunos casos limitados.
A medida que los recursos escasean debido a los efectos generales del cambio climático, los elefantes se ven obligados a competir con otras especies por la comida, el agua y el hábitat, lo que provoca un aumento de los conflictos y daños a los elefantes.
Los cambios en los patrones de temperatura y precipitaciones también pueden provocar cambios en los patrones de vegetación, afectando a la suministros alimentarios de elefantes y provocando malnutrición y una salud mermada.
Además, el cambio climático está provocando un aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías y huracanes, que pueden causar daños significativos a los hábitats de los elefantes, lo que a su vez provoca más disminución del número de elefantes.